viernes, 26 de marzo de 2010

Su Gloria en mi Ventana



Ya cuando Dios decide apagar la luz del día y el Astro Rey se empieza a acomodar en las cobijas empieza a salir un polvo mágico, brillante, que ilusiona. Una neblina amarillenta, arena que sale de los más recónditos lugares. Esta es el brillo del sol que con sus resplandecientes rayos comienza a prender velitas en los techos y ventanas de las casas. Brillo de la eternidad que me hace querer compararlo con lo que me imagino será parecido a la Gloria de Dios en su majestuosidad.
Ya poco a poco se va metiendo más entre las montañas, el aire se tiende más frío y el morado del cielo con sus estrellas y la luna se asoman para remplazar al amarillo que hace minutos se fijaba en la bóveda del cielo. Ya las velas de los techos se van apagando por mandato divino, se hace de noche y además mi corazón se siente solo porque el espectáculo se ha acabado. En esta tristeza llega el Espíritu Santo y me consuela, me dice que no me preocupe, que ya pronto veré a Dios en su Gloria y será eternamente, pero por mientras viva en esta tierra podré tener un momento feliz cada día, que me recuerde Su Gloria: cuando se cole el atardecer por mi ventana.

Alejandro R. C.


La Paciencia (Hasta Donde la Fe Nos Premia)

Cuando se estanca en la tristeza uno

Lo posible únicamente es nadar a la superficie

Para en el retorno de los bienes

Sonreír viviendo los rayos de Sol

Que en esta se reflejan

Y esperar que la Mañana llegue

Cuando más se desespera

Aunque ronquen truenos malvados

La Esperanza nos levanta

Y nos hace despertarnos

Para así llegar nadando hasta donde la fe

Nos premia.


Alejandro R. C.